Teoría de la Elección Racional
Teoría de la Elección Racional
Detrás
de cada acto delictivo se entresoma una pregunta incómoda: ¿qué ganancias obtenía
quien lo cometió? La Teoría de la Elección Racional es la encargada de enfrentar
a esta cruda realidad, proponiendo que el crimen no surge de impulsos
irracionales, sino de un planeado cálculo costo-beneficio. Este enfoque, que mueve
principios económicos o beneficiosos al terreno criminológico, obliga a ver al
infractor no como un ser poseído por fuerzas incontrolables o impulsos vacíos,
sino como un actor que sopesa opciones con lógica y raciocinio perverso pero
coherente.
El
núcleo de esta teoría descansa entonces en una premisa simple pero
perturbadora: los delincuentes, en su gran mayoría, no son influenciados de
fuerzas sociales ni víctimas pasivas de su entorno. Son agentes que calculadores
que evalúan riesgos y recompensas con frialdad mercantil e interesada. Supone entonces,
por ejemplo, que el ladrón que estudia una vivienda para hurtarla calcula la
probabilidad de alarmas, el horario de los residentes, la visibilidad desde la
calle. Su conducta sigue una lógica, correspondida a máxima ganancia con mínimo
riesgo. Esta perspectiva explica por qué ciertas medidas disuasorias desde
patrullajes aleatorios hasta el diseño urbano que elimina espacios de riesgo,
pueden ser más efectivas que largas condenas.
Para
fines de una modalidad de acción atinada a la cultura, educación y legalidad
aparece el modelo de las teorías relacionadas con el mismo fundamento, entre
las mismas podemos destacar una de las más asertivas es decir la Teoría de la
Elección Racional, misma que llega acompañada con una gran oleada de ideales
propios del recurso de ejecución del sistema de acciones y de la influencia de
miles de situaciones sobre las acciones y elecciones.
Con
este ideal teórico, llegamos a una correspondencia de ideas a la que se le debe
de atribuir como se postulan las elecciones propias de individuos que llegan a
cometer delitos, estas no como parte de hechos al azar, de hecho, lo contrario,
su fundamento indica que las mismas acciones son producto de una extensa
propuesta de análisis personal, al que se le atribuye la capacidad de
identificar la correspondencia de lo que se va a llevar a cabo y sus
consecuencias.
El
panorama se presenta también como un modelo de estudio criminológico por su
peso en cuanto a la capacidad de afectación al que puede verse expuesto un
sistema social, por la toma errónea de decisiones y por la falla de los
recursos de prevención de este tipo de situaciones, veamos la teoría como una
forma en la que los individuos llegan a ejecutar un acto delictivo, tras un
amplio análisis que resulta en la toma de una decisión que recurre en la
violación de parámetros legales y que deberá ser sancionada desde el sistema de
penalidad al que le rendimos cuentas socialmente.
Siendo
así, los críticos más vehementes señalan y refutan que esta visión reduce la
complejidad humana a mero cálculo. Empero ¿Dónde quedan los crímenes
pasionales, los actos ideológicos, las transgresiones simbólicas? La teoría
responde y defiende que incluso estos comportamientos siguen una lógica interna,
entonces que, el homicida por celos busca como interés el "restaurar su dignidad",
y el terrorista persigue reconocimiento político. Siendo entonces, lo que para
otros es irracional, para ellos constituye un fin válido.
Bajo
el mismo fundamento, el cometer un delito llega por parte de la oportunidad del
mismo no solo en ser exitoso, también, en poder encontrar el instante y el
lugar adecuados, lo que nos lleva a una postura en la que el delito es más que
una elección, este consiste en un fundamento de bases asociadas a la elección,
oportunidad y a la capacidad de un ser de llevar a cabo acciones de forma
criminal y sin el establecimiento de un modelo de posibles implicaciones de
forma instantánea en su propio actuar.
Esta
teoría establece que “cualquier persona podría delinquir cuando se presenta la
oportunidad” Sepúlveda (2009, pág.09), lo que nos hace interpretar una
modalidad de presencia del esquema criminal como un hecho menos asociado al
único factor de la capacidad de elección, pues, su modalidad de búsqueda del
mejor momento, espacio y oportunidad lo determina como un mecanismo
oportunista, esto no como un hecho aislado, ya que sigue siendo un modelo de
elección, pero de la mano con la racionalidad, debemos identificar como es que
el mismo delito es un factor tan común y nocivo.
Así
como vemos que la oportunidad existe, también tenemos que establecer que cuando
un posible criminal determina una ocasión, actividad, víctima u oportunidad
como un factor poco ventajoso, se retrae de la posibilidad de cometer un
delito, y es justamente donde la oportunidad cobra su rol de participación, no
solo como un método de acción, pues si la oportunidad es la indicada se lleva a
cabo el delito, de lo contrario no se presenta, lo que nos lleva a la necesidad
de romper las oportunidades ideales de un crimen, es decir prevenir hechos.
Justamente,
este mecanismo es el que las autoridades intentan lograr combatir, pues con la
oportunidad de cometer un delito, arruinada, este no es cometido, y la elección
racional es una teoría que basa la forma en la que se presenta el marco de la
acción de un criminal, puesto que sus habilidades de acción son en muchos casos
detenidas por mecanismos de acción propiamente ligadas al factor social de la
prevención. Se debe mencionar, que, en la práctica policial, esta teoría ha
dado frutos innegables. El modelo de "prevención situacional" que
modifica entornos para hacer el crimen menos atractivo, es su aplicación
directa. Desde parques bien iluminados hasta sistemas de pago electrónico,
aprovechamiento de lotes baldíos, que reducen robos a transportistas, estas
estrategias no intentan reformar al delincuente, sino alterar su ecuación
mental.
Si
una persona cuenta con la capacidad de tomar decisiones antes de llevar a cabo
un delito es parte del ideal preventivo, que debe tomar en cuenta el conjunto
de cuerpos de estudio y regentes y de análisis del hecho, como medios para
romper con la línea de crímenes, esto sobre todo, por como si se identifican
los patrones de elección de acciones que dañan la legalidad y las sociedades,
estos pueden ser combatidos de forma directa, hechos que si se emplean de forma
adecuada teorías como la de la elección racional se podrían alcanzar. Pero quizá la mayor contribución de esta
teoría sea haber obligado a mirar el delito sin romanticismos o idealizaciones.
Al presentar al infractor como ser pensante, racional y no como mero producto
social, nos recuerda que cada sociedad tiene los criminales que sus estructuras
de oportunidad y fallas sistemáticas ayudan a crear.
Referencia:
Hoyos, V. (2025). Teoría de la elección
racional. [Video].YouTube https://www.youtube.com/watch?v=UblcgWsMptE
Sepúlveda, M. (2009). Introducción
al análisis delictual. Recuperado de:
https://aprende.uned.ac.cr/pluginfile.php/1874452/mod_folder/content/0/Introducci%C3%B3n%20al%20an%C3%A1lisis%20delictual.pdf?forcedownload=1.
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