Teoría de Prevención Situacional y Teoría de Ventanas Rotas
Teoría de Prevención Situacional y Teoría de Ventanas Rotas:
Se
debe destacar que el crimen es el resultado de múltiples causas y oportunidades
mal gestionadas, que se dan dentro de una sociedad, abarcando a su vez,
espacios de descuidos, normas y valores sociales erosionados, así como otras
fallas a nivel social que influyen a reincidencia delictiva. De tal manera, se
habla de dos teorías criminológicas relevantes, la teoría de prevención situacional
y la teoría de ventanas rotas, la cual ha sido de gran auge en el campo criminológico
y de atractivo a nivel social.
Teoría
de Prevención Situacional
La
teoría de prevención situacional, parte de una premisa radical pero concisa, el
delito es principalmente oportunista, es decir, no se ve al delito como el
producto inevitable de fuerzas sociales abstractas o causas subyacentes, sino
como el resultado inmediatico del crimen cuando se cumplen con factores como
los mencionados en la triada criminal. Pues de igual manera, este enfoque identifica
como esencial, la participación de estos factores para el florecimiento del delito.
Se denota de tal modo, un enfoque pragmático, pues, en lugar de intentar
cambiar a los delincuentes (mediante rehabilitación o castigo), modifica las
condiciones que hacen posible el crimen.
Dentro
de los principios que cataloga como esenciales esta teoría, se encuentra que el
delito suscita oportunidades, esto quiere decir, que el infractor va a
delinquir cuando se presenten oportunidades que se adecuen a su operatividad, adecuación,
patrón e interés. Por otro lado, se tiene que los delincuentes determinan y toman
decisiones de forma radical, es decir, calculan costos, intereses, riesgo,
beneficios, entre otras variantes antes de actuar. Y por último, se debe
trabajar la prevención desde pequeños cambios, es decir que la alteración del
entorno puede disuadir al infractor.
Siendo
así, el punto esencial de esta teoría se encuentra en la prevención, y esta se enfoca
en el cumplimiento de cinco ejes centrales, entre ellos, dificultar el panorama
al infractor, aumentar los riesgos que cohíban al infractor, reducir el
beneficio que desea aprovechar o espera el infractor, cambiar toda actitud provocativa
o que exponga al hecho delictivo y por último eliminar excusas.
Dentro
de los beneficios que propone esta teoría, se encuentra el emplear un enfoque
practico y de resultados inminentes, reducciones en cuanto costos y
efectividad, empoderamiento comunal y la adaptabilidad a la amplia gama de
crimines. No obstante, se deben señalar ciertas limitaciones como lo son, el
efecto del desplazamiento conocido en criminología, el que este enfoque no
aborda causas sociales, la sobre tecnificación del espacio público, como el
caso de países asiáticos y la exclusión de grupos vulnerables al sustentar el
estigma.
Un
ejemplo cotidiano de esta teoría en la sociedad podría ser, el caso de un almacén
que, a raíz de los recurrentes hurtos de alto valor, identifico que estos ocurrían
principalmente en una zona a determinada hora. Siendo así, reunieron los
productos de las cajas, instalaron espejos para eliminar los puntos ciegos y
con ello lograron disminuir la tendencia al robo un 80 por ciento.
De
ahí, la teoría de prevención situacional explica que el crimen, es parte de un
problema social inhibitorio. Pero que, modificando ciertas vertientes se pueden
logara espacios donde el delito no florezca o se le dificulte converger, sin
dejar de lado la seguridad colectiva.
Teoría
de las ventanas rotas
Esta
teoría de gran auge en el campo criminológico, así como en la sociedad por su
poder simbólico del desorden, sostiene que el desorden fisco, ambiental y social
que no se regula es un factor que genera más y más crimen. Siendo así, esta teoría refuta que pequeños
signos de deterioro en un entorno social, como una ventana rota sin reparar, envía
un mensaje de abandono y permisividad, generando así un entorno propicio para
la tendencia a conductas criminales y aumento de delitos.
Este
enfoque nace de un experimento social hipotético, en el cual se explicaba que,
si en un edifico hay una ventana rota, por ejemplo, y nadie la reparaba con
prontitud, iban a aparecer más ventanas rotas. Pues el lugar iba a crear un
entorno en donde la idea perceptiva era que nadie le importaba el orden. Esto se
basa en su gran totalidad a ideas sustentadas en la psicología ambiental y Criminología
situacional, las cuales explican el hecho de que el entorno influye positiva o
negativamente en el crimen y sus contextos específicos.
De
tal manera, se establecen como puntos clave, las ideas relacionadas a la señal
de abandono como asociación a la falta de autoridad y control social efectivo. También
a la desinhibición conductual, la atracción a los elementos criminales y la
retirada de factores de control que facilitan el crimen. Bajo tales premisas,
esta teoría se ha buscado aplicar en el contexto social como forma de combate
ante el vandalismo, reparación de fachadas, diseños anti-vandalismo y persecución
de delitos menores.
No
puede negarse que el entorno físico influye en el comportamiento humano. La
psicología social ha demostrado una y otra vez que las personas actúan de
acuerdo con las señales que perciben en su ambiente. Por lo que, se entiende la
premisa refutada, pues un espacio deteriorado con grafitis, basura acumulada o
infraestructura dañada envía un mensaje claro: aquí las normas no se hacen
cumplir. Empero esto conlleva a otras preocupaciones, como el riesgo a marginación
o discriminación social.
Si
bien, se han registrado casos de éxito, como la reducción del crimen en Nueva
York en los años 90, muestran que intervenciones aparentemente simples, limpiar
el metro, perseguir evasores de tarifas, reparar el alumbrado público, pueden
tener un efecto multiplicador. Mostrando que cuando las autoridades
demuestran cero tolerancias al desorden, refuerzan la noción de que el
espacio público es territorio regulado, lo que disuade tanto el vandalismo como
delitos más graves. Argumenta al respecto Leymonié y Sampson (2019) “La teoría
recomienda suprimir toda circunstancia que incite a delinquir y extremar la
protección: por ejemplo, aumentar la seguridad de las casas, apartamentos y
urbanizaciones y así impedir la ruptura de las ventanas” (p.6).
Sin
embargo, la aplicación rígida de esta teoría ha derivado en políticas
problemáticas. El primer riesgo es la criminalización de la pobreza.
Perseguir a homeless, vendedores ambulantes o jóvenes en espacios públicos bajo
el argumento de "mantener el orden" no solo es éticamente
cuestionable, sino que ignora las causas estructurales de estos fenómenos.
¿Realmente se quiere multar a una persona sin hogar por dormir en un banco
público? ¿resuelve el problema de fondo?
En
definitiva, reparar ventanas rotas es necesario, pero no suficiente. Una
sociedad segura no se construye solo barriendo calles, sino garantizando que
nadie vea en la transgresión su única opción. La gran paradoja de esta teoría
es que, mientras nos enseña a cuidar los símbolos del orden, a menudo olvida a las
personas que se dejan fuera de él.
Referencias
Fundación Paz Ciudadana. (2010).
Análisis delictual: enfoque y metodología para la reducción del delito. https://aprende.uned.ac.cr/pluginfile.php/1874452/mod_folder/content/0/Analisis%20Delictual.pdf?forcedownload=1
Leymonié, J., y Sampson, R. (2019). La
teoría de las ventanas rotas y su impacto en la criminología moderna [PDF].
Pensamiento Penal. [Trabajo original publicado en Doctrina 48013]. https://www.pensamientopenal.com.ar/system/files/2019/09/doctrina48013.pdf
Psicódrogo. (2024). Psicologia para
el día a día: la teoría de las ventanas rotas. [Video]. YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=oRG0P7rdccw
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